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miércoles, noviembre 16, 2005

20 de agosto

Ni aún a la vista de las dificultades de los pasos alpinos, con sus escarpadas pendientes y la inclemencia del tiempo en ellos reinante, se entibió su loco entusiasmo y se resolvieron sensatamente a desistir. Fueron los mayores quienes se retiraron entonces, mientras ellos continuaban solos e indefensos escalando los temibles senderos. Por millares fueron cayendo y quedando atrás, en espera de la muerte lenta y dolorosa de los abandonados.

El fatídico correr del río sobre mi cuerpo congelado

una melodía de espasmo...
Un oscuro acontecer,
mi desesperación, más grande que el universo...
Y ese intenso dolor sobre mis huesos,

domingo, noviembre 06, 2005

konstandinos

Sus primeros sueldos regulares comenzó a ganarlos pasados los treinta, luego de trabajar gratis por tres años, a la espera de una vacante, en el Ministerio de Riegos, donde copiaba informes, llevaba cuentas bancarias, manejaba la correspondencia extranjera y traducía documentos. Trabajo que conservó por treinta años, hasta mil novecientos veintidós, cuando se retiró, y que siendo tedioso, le permitió tener las tardes y las noches libres.